martes, 15 de enero de 2013

Parece que fue ayer. Con el cuerpo repartido. Pedro José y el Mal del Indio

Sólo quisiera que el día que yo me muera
me sepultaran en tierra de Nuevo León
Monterrey lindo quiero enviarte este suspiro
En mi delirio en tu suelo siempre estoy
Le pido al cielo a mi tierra volver con vida
Y me despidan con música hasta el panteón
-El preso de Nuevo León, Invasores de Allá Mismo-

 
Pedro José Cuerno Verde o Juan José Lumbre fue un caudillo chichimeca que peleó en la  sierra Madre Oriental  con sus guerrillas de resistencia étnica formadas por indios Trueno, Cuervo, Pequeño, Piedra y otras tribus chichimecas olvidadas o no conocidas ni nombradas.

Después de años a salto de mata lo bajaron a la villa de Hualahuises con mediación del misionero y unos primos sedentarizados. Le ofrecieron diálogos de paz pero ya en ese pueblo de las estribaciones le jugaron traición y fue hecho prisionero con otros cuatro o cinco caudillos indígenas. Les tenían bien preparado el cuadro porque los entregaron a una compañía militar de élite septentrional (la compañía de dragones del presidio de la Punta de Lampazos) para que los trasladaran de Hualahuises a Monterrey y de Monterrey a la ciudad de México.

Ya cautivos y en tránsito por las islas sedentarias que se iban poblando en los mares del norte, fue rápido el paso de los guerreros nómadas, al otro mundo. Para cuando llegaron a la capital de Virreynato de la Nueva España iban graves de la enfermedad de tierra afuera que los cronistas refieren como “mal meco” o “mal del indio”. Dolencia casi siempre mortal que aquejaba a los tribeños nativos del norte cuando eran desterrados de sus paisajes sonoros rituales.

El “mal del indio” era algo desconcertante para los escribas coloniales porque nacidos y crecidos en un mundo sedentario no podían entender que, para los habitantes primitivos del norte -como de muchas otras regiones de la Tierra- el territorio es una extensión de los orígenes y de la existencia personal. Para el nómada lo que nosotros concebimos como territorio es parte del origen del mundo, historia sagrada, cuerpo e identidad; también, familia, clan, tribu y canción. Exhiliar a un nómada del terruño nativo equivale a una herida mortal invisible, a la extracción del aliento vital que luego se convierte en falta de apetito, ensimismamiento, tristeza, alguna enfermedad terminal y la muerte.

Por eso, cautivos como Pedro José y sus compañeros, eran sentenciados a muerte desde el momento mismo en que salían del solar nativo y el espacio vivido, recorrido. Eran mutilados poco a poco, física y espiritualmente, conforme se alejaban de sus valles, de sus llanuras, de sus cañones, de sus montañas, de sus ríos y arroyos, de sus árboles, de sus cerros, de sus piedras. Enfrentaban la muerte en un espacio extranjero con el cuerpo repartido.

 

lunes, 7 de enero de 2013

Toque de queda acústico musical

En Parral como en Monterrey hay un silencio nocturno que hace dos o tres años no existía. Son contados los vehículos circulando con música a todo volumen; igual en las casas, los decibeles de la lírica tienden a estar en un nivel bajo.

Parece que algo o alguien extendió un velo de luto sobre muchas comunidades norteñas.
Se suma al silencio por los caídos en la guerra la mudez por los desaparecidos, porque los espíritus y memoria de los asesinados sabemos cómo tratarlos ¿pero la memoria y los espíritus de todos aquellos que levantaron y quedaron suspendidos en ningún lugar del cielo y de la tierra?

 

sábado, 5 de enero de 2013

Éxito total. Localidades agotadas en nuestra gira inter ejidal por el sur de Chihuahua

El tío Noe del meritito Balleza no olvida la cena de año nuevo que preparamos hace tres años y nos pide la receta super ultramega estop secret; es decir, comida china improvisada al estilo regiomontano. Además, para celebrar nuestra estancia en la capital del mundo, la tía Chole nos ha invitado para mañana domingo, un caldo de oso.
Por si fuera poco, la esposa duranguense del profe Lolo, nos ha comprometido para que saquemos las fotos del quince años de su hija Jazmín, quien estudia en el ejido El Venadito, municipio de Guadalupe y Calvo, Triángulo Dorado, Chihuahua; esto último, después del impacto que les generaron las imágenes de la exposición: "Ente nubes, cerros y arroyos", Miradas de los niños Odhamis y Raramuris de la Sierra Tarahumara.
No cabe duda, somos el top ten en el sur de Chihuahua y el Norte de Durango.

viernes, 4 de enero de 2013

Evocaciones

Nos topamos por el periférico perimetral de Parral dos camionetas de la SEDENA con ametralladoras pesadas y lanzagranadas.
Una semana en Chihuahua y no habíamos visto militares; este convoy nos trae recuerdos de Monterey, nuestra tierra, militarizada y llena con tropas de ocupación.