Aquí nos tocó vivir y uno tiene que escribir de lo que le puede, aunque sea más de lo mismo. Repusimos el teléfono que perdimos antes de nuestro viaje a Tlaxcala y lo primero que escribimos, en el procesador de palabras del mismo, fue sobre asesinatos y memorias de todos nuestros muertos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario