domingo, 27 de octubre de 2013

Los ganchos-grafitis son ahora el nuevo sacrificio ritual para la expansión de la urbe.

Más antes, cuando se realizaba una gran construcción se acostumbraban sacrificios para darle fuerza espiritual y material a la obra; por ejemplo, enterraban un cuerpo vivo o muerto en los cimientos o las columnas.
Según la tradición oral, aquí, en la región, algunas presas tienen niños emparedados en sus murallas (Cerro Prieto y la Boca).
Afortunadamente esas costumbres bárbaras casi han desaparecido. Ahora, las tribús urbanas del área metropolitana de la ciudad de Monterrey, acostumbran la ofrenda de grafitis en las construcciones; así, en obra gris o terminada cada edificación de la ciudad tiene por lo menos un gancho que apuntala su solidez estructural y la resistencia de los materiales.
Los ganchos-grafitis son ahora el nuevo sacrificio ritual para la expansión de la urbe
.

sábado, 26 de octubre de 2013

15-IX-1993. Las fiestas y alegrías que de Terán se iban con la muerte de los abuelos. "Tarde o temprano se van a ir..."

La noche del día que sepultaron a la abuela, en General Terán, dormimos en el patio de la vieja casa que habitaron durante la última etapa de su vida ella y el abuelo. 
Dormimos de cara al cielo velados por las estrellas. Al principio teníamos algo de temor por estar en un sitio tan frecuentemente visitado por la muerte durante los últimos tiempos (en un lapso aproximado de seis meses murió el abuelo y luego la abuela) pero pronto nos quedamos profundamente dormidos.
Poco después de la medianoche nos despertamos en el entre sueño dos o tres veces, percibiendo algo que nos pareció extraño. En el ambiente se respiraba tal cantidad de fiesta como nunca antes habíamos visto o siquiera imaginado; aquí, allá, en la lejanía, se escuchaba la algarabía de fuentes musicales sonando en diversos volúmenes e idiomas, un rumor de indefinida gran celebración flotaba con regular intensidad, desbordado a intervalos por una que otra voz aislada o alaridos. Imaginamos que a esa hora de la madrugada todo el pueblo de Terán salía de sus casas y arribaba de las rancherías, entonando cada familia o grupo de amigos, sus canciones preferidas: bailando, gritando, conversando alegremente. 
En lo que pareció el final de la celebración alguien gritó fuerte cerca de la casa, era un grito alegre y desafiante: ladino. La inmediatez de tal demostración de vida casi nos motivó a levantarnos y salir a la calle: comulgar con la celebración que parecía vencer hasta la oscuridad y las luces del cielo. Pero no, nos mantuvimos inmóviles, luego, poco después del grito todo calló repentinamente. Intentamos escuchar aquella algarabía carnavalesca, especialmente el grito cercano. Sin embargo, al pueblo lo invadió el silencio. Parecía todo muerto, dormido.
Nunca sabremos si era la fiesta que abandonaba a General Terán, con los muertos que dieron en nosotros, vida al pueblo; si así fue, el grito final era el alarido de un muerto que se sorprendía de ver llegar a los casi vivos, a los recién difuntos.
Nunca sabremos si aquella fiesta era la imaginación y deseo acumulado de haber presenciado las famosas fiestas del 15 de septiembre en General Terán, Nuevo León; fiestas que cuando a nosotros nos tocaron fue con muerto tendido, de luto.

viernes, 25 de octubre de 2013

Pájaros del norte. Extinción

Las primeras y últimas noticias de las grullas están relacionadas con el pueblo de Terán. Hace algunos años un nativo del pueblo (que se ostenta como el último cantor alazapa) nos hizo el comentario de que ya se acercaba el invierno: "Ya está aleteando la grulla primo, dicen en el rancho, para anunciar que la gente se prepare porque ya vienen los fríos, pues la grulla viene de más al norte en el otoño, antes de los fríos duros, buscando tierras más cálidas donde pasar la temporada". 
Cuando Anastasio Carrillo nos comentó lo anterior fuimos presa de un gusto y nostalgia indefinidos porque desde un año antes habíamos visto las parvadas de esas grandes aves blancas surcar nuestros cielos.
Esas fueron las primeras noticias que tuvimos sobre las grullas. Las últimas llegaron en septiembre de 1993, preguntándole a nuestra madre que si no había visto las estrellas, en la madrugada del día que sepultaron a la abuela Tuta, contestó que sí; añadió que además había contemplado una parvada de grandes pájaros blancos en el cielo, desplazándose lentamente.
Tuvimos entonces conciencia plena del otoño, de su inminente asomo a la entreabierta puerta de los últimos días de septiembre. De su inminente llegada tranquila por las abiertas puertas de octubre. Las siempre abiertas puertas de octubre por donde se desliza hacia las estrellas, los augurios y un país crepuscular sin fronteras y sin nombre.





viernes, 11 de octubre de 2013

Multi, Inter y Trans

En esos libros de teoría social hay gente que habla mucho de cosas de moda como la cuestión multi, inter y transdisciplinaria. Pero cuando en Ciencias Sociales y Humanidades plantean las necesidad de la multidisciplinaridad se limitan al trabajo de sociólogos con antropólogos o de historiadores con psicologos, de filósofos con pedagogos, de trabajadores sociales con bibliotecólogos ¡Pura endogamia! Trans di sci pli na ri da implicaría que los trabajadores de las ciencias sociales y humanidades colaboráramos en proyectos, tareas y problemas con diseñadores gráficos e industriales, ingenieros, criminológos, físicos, abogados, médicos, agronomos, biólogos, químicos, artistas plásticos; ¡incluso!, con la gente común y corriente. No hay mejor in ter di sci pli na ri da que la de articular nuestros objetos de estudio, herramientas, metodologías y teorías a la vida cotidiana, a las labores y necesidades de múltiples oficios, trabajos y actividades.

sábado, 5 de octubre de 2013

Va, la Palestina de Chihuahua y cómo llegamos a ella.

Buscando música norteña old school, en un tienda del Triángulo Dorado (Guadalupe y Calvo, Chihuahua) tuvimos un interesante diálogo sobre el tema. El encargado se abrió y, en determinado momento, sacó de abajo de la barra un pequeño envoltorio de discos sin fundas ni portadas; recordamos que dijo lo siguiente -palabras más, recuerdos menos-: "Este es el tipo de música que ustedes andan buscando, son discos de un grupo que se llama Los Rancheros de Ebodio, no se exactamente de dónde son pero se la viven tocando allá abajo, en las fiestas del Barranco. Un amigo de ellos que a veces sube me cambió copias de algunas de sus grabaciones, traía los discos envueltas en un pañuelo celeste. No son grabaciones profesionales pero se oyen bien.
Mientras decía lo anterior empezó a poner los discos y a profundizar en el repertorio e instrumentación del grupo: rolas viejas con violín, acordeón, tuba, tololoche. De entre las canciones una llamó especialmente nuestra atención, porque cinco años atrás la registramos a capela en el norte de Nuevo León pero nunca encontramos una versión grabada. Se trata de La Palestina, va

viernes, 4 de octubre de 2013

Recordar es vivir. Vivir también es matar.

No existen teorías sobre la memoria, recordar y olvidar; o más bien, están en pañales. Sabemos si, que la memoria no es un contenedor de recuerdos o un fichero del que sacamos y metemos tarjetitas para evocar cosas. 
La memoria es un proceso que va y viene del mundo y la experiencia a las neuronas y viceversa con múltiples mediaciones e interconexiones cerebro afuera y cerebro adentro; es algo siempre en construcción que tiene uno de sus componentes básicos en las narrativas que hacemos, en las historias que nos gustan y re inventamos. 
Las articulaciones narrativas de la memoria posibilitan inventar y recordar nuestro pasado, estructurar el presente para guiarnos en el y esbozar nuestro horizonte de expectativas a futuro; en este sentido, dicen que el cerebro es una máquina, pero una máquina del tiempo ¡gracias a las memoria!
Finalmente, una función importante de la memoria es, también, el olvido; al recordar algo siempre olvidamos otras cosas. 




Inventar e importar la rueda.

En Escobedo presumen la implementación de una Policía de Proximidad (nombre mamón en clave: ProxPol). También presumen que importaron el modelo de algún municipio de España. Este tipo de policía realiza las funciones básicas que realizaban los viejitos y chavos de las policías auxiliares. Pero es mejor inventar e importar la rueda que sistematizar nuestras experiencias y autogestionar nuestros saberes.

Haciendo la tarea.

Aprender a transmitir mediante palabras sensaciones y vivencias significativo como el sonido del viento en una palma que habita la periferia de las ciudades o el cambio gradual de los olores y la luminosidad cuando se despliega el otoño, en los últimos días del verano

Acrobatas

En la mañana nos habló por teléfono María Carrera para preguntarnos ¿"A qué horas va a ser el espectáculo de los voladores de Papantla en la torre administrativa, van a ir?" Le contestamos: "No son los voladores, es un chow gringo de acróbatas".
Luego, nos pusimos de acuerdo para vernos en el sitio.
Después de que acabó la función veníamos caminando y nuestra madre emitió su juicio nacionalista del espectáculo: "¡Ni estuvo bueno!, parecían hormiguitas bajando por el edificio. Yo pensé que se iban a tirar desde mero arriba y bajar hasta el suelo dando vueltas como los voladores de Papantla..."

Muertos se los llevaron vivos los queremos. Recordar ¿para olvidar?

Hay sucesos o personas que se evocan para congelarse en el tiempo. Se reivindican una vez al año y se echan en cara -si la ocasión lo amerita- pero sus motivaciones no se asimilan o se olvidan en el día a día, en la vida cotidiana. Aplica, por ejemplo, para los católicos que viven fervorosamente la pasión de Cristo en semana santa y luego se la pasan crucificando al prójimo buena parte del año; también, para los militantes de izquierda que recuerdan a los mártires anarkistas de Chicago o el dos de octubre pero si los cuestionan o son irónicos con sus planteamientos o acciones quieren silenciar y agredir a los kompañeros kamaradas. Sucede entonces que, a veces, los aniversarios funcionan como chivos expiatorios o banderas que se convierten en cortinas de humo...

Guerra mundial Zombie

Leímos en una playera que los zombis son muy amorosos, que te quieren por lo que llevas dentro.
O sea que, en el fondo pero muy en el fondo no son malos.