martes, 30 de julio de 2013

Educación old school y/o una abuela de aspecto pandillero

Llegó una ancianita a los juegos de los Condominios Constitución con dos niños y un bate de plástico azul en la mano. Subió  al más pequeño a un resbaladero y el otro empezó a hacer desfiguros, ya saben, como cuando un adulto chiflado piensa que lo hacen menos y grita, llora, hace caras, patea la tierra y levanta los brazos al cielo. Los berrinches no distrajeron a la abuela de las atenciones que brindaba al menor por lo que el mayor intentó obstruir sus deslizamientos por el juego y de buenas a primeras jaloneó el brazo izquierdo de la anciana; el pequeño todavía no soltaba el brazo de la mujer cuando esta -sin inmutarse y con una maestría propia de la Liga del Pacífico- le asentó dos o tres sonoros batazos a niño 2, que lo dejaron paralizado unos momentos para luego alejarlo llorando y con temor a un rincón del parque.
Entonces, la mujer de juventud acumulada siguió igual de tierna jugando y cuidando niño 1 un buen rato, hasta que de nuevo los tres volvieron a juntarse a convivir como si nada.

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