miércoles, 31 de julio de 2013

Tamaulipecos

Son autobuses Scania y Mercedes con videocaseteras y televisores Sony o Hitachi. Carros de fines del milenio pasado o principios del 3000 cuyos acabados interiores están diseñados a imagen y semejanza de los submarinos nucleares estadounidenses o las naves espaciales de las películas de ciencia ficción de la década de los 80.
Por cuestiones de mercadotecnia pertenecen al grupo Senda pero para efectos prácticos todos los conocemos como Transportes Tamaulipas.Su logotipo es un águila de perfil en rojo y morado cuyos colores evocan el amanecer y la Sierra Pamorana.  El por qué estos colores y figura recuerdan el sol y ciertos parajes de la sierra, en determinada época del año, permanece oculto por razones secretas u olvidadas; pero, la idea del dibujo viene de una pintura rupestre celosamente guardada en las estribaciones de la Sierra de San Carlos.
El clan dueño y fundador del grupo Senda es originario de un pueblo de la Cordillera Madre, en el que hasta hace poco, se peregrinaba a ciertas grutas para bailar y cantar mitote a la manera antigua y se bebía mezcal curado con peyote porque "había que ser como el agua que corre y el viento que pasa".
Un Transporte Tamaulipas lo puede abordar -lo mismo- un recolector de hierbas de las estribaciones que un niño que va a la escuela primaria; también, un viajero en tránsito que se dirige a tierra Mapuche y Europa o alguien exiliado en la ciudad de los vientos que regresa a morir en La Paz, Baja California Sur, vía la Tierra de las Montañas Azules.    
Se dicen muchas historias acerca de dichos autobuses, en esas norteñas tierras; pero la más conocida es la de "El Tamaulipas Errante" o Tamaulipas Cerrante.

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