La peregrinación por el peso de ZZ Top.
Adrián Garza Dragostinovich (el más yugoslavo de los nativos de Playa
Bagdad) dice que un amigo suyo vio a dos tipos medio raros sentados en
la plaza principal de Matamoros, Tamaulipas. Andaban vestidos como
granjeros de alguna vieja y apartada región de EU y con las barbas
fundamentalistamente largas. Se boleaban ante las miradas indiferentes
de los nativos hasta que que por fin los
reconoció y se acercó tímidamente a saludarlos. Los de ZZ Top
platicaron amablemente con aquel roquero porteño y fronterizo en un
perfecto spanglish texano. Le confesaron que acostumbraban ir a ese
lugar por lo menos una vez al año, porque allí conocieron los pesos
mexicanos, un poco antes de que iniciarán su carrera musical. Según esto
cierto día de cierto año se bolearon en el mismo lugar y pagaron con
dólares pero el cambio se los dieron en nuestra moneda nacional y se les
cayó uno de los pesos. El sonido particular de esa moneda en el
pavimento llamó la atención de los texanos, quienes la recogieron y
volvieron a dejar caer un par de veces para -finalmente- sostener el
peso frente a sus ojos, maravillados de su sonoridad. Poco después
probaron la moneda como pua de sus guitarras eléctricas, recurso que les
permitió el sonido distintivo que nunca los ha abandonado.
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