viernes, 8 de noviembre de 2013

Los ganchos-grafitis son ahora el nuevo sacrificio ritual para la expansión de la urbe.

Más antes, cuando se realizaba una gran construcción se acostumbraban sacrificios para darle fuerza espiritual y material a la obra; por ejemplo, enterraban un cuerpo vivo o muerto en los cimientos o las columnas.
Según la tradición oral, aquí, en la región, algunas presas tienen niños emparedados en sus murallas (Cerro Prieto y la Boca).
Afortunadamente esas costumbres bárbaras casi han desaparecido. Ahora, las tribús urbanas del área metropolitana de la ciudad de Monterrey, acostumbran la ofrenda de grafitis en las construcciones; así, en obra gris o terminada cada edificación de la ciudad tiene por lo menos un gancho que apuntala su solidez estructural y la resistencia de los materiales.
Los ganchos-grafitis son ahora el nuevo sacrificio ritual para la expansión de la urbe.

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