Más antes, cuando se realizaba una gran construcción se acostumbraban sacrificios para darle fuerza espiritual y material a la obra; por ejemplo, enterraban un cuerpo vivo o muerto en los cimientos o las columnas.
Según la tradición oral, aquí, en la región, algunas presas tienen niños emparedados en sus murallas (Cerro Prieto y la Boca).
Afortunadamente esas costumbres bárbaras casi han desaparecido. Ahora, las tribús urbanas del área metropolitana de la ciudad de Monterrey, acostumbran la ofrenda de grafitis en las construcciones; así, en obra gris o terminada cada edificación de la ciudad tiene por lo menos un gancho que apuntala su solidez estructural y la resistencia de los materiales.
Los ganchos-grafitis son ahora el nuevo sacrificio ritual para la expansión de la urbe.
Según la tradición oral, aquí, en la región, algunas presas tienen niños emparedados en sus murallas (Cerro Prieto y la Boca).
Afortunadamente esas costumbres bárbaras casi han desaparecido. Ahora, las tribús urbanas del área metropolitana de la ciudad de Monterrey, acostumbran la ofrenda de grafitis en las construcciones; así, en obra gris o terminada cada edificación de la ciudad tiene por lo menos un gancho que apuntala su solidez estructural y la resistencia de los materiales.
Los ganchos-grafitis son ahora el nuevo sacrificio ritual para la expansión de la urbe.
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